Cerrar este aviso

Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte nuestros servicios, mostrar vídeos y obtener estadísticas. Puedes aceptar todas las cookies pulsando "Aceptar". También puedes rechazar todas o algunas de ellas pulsando "Configurar cookies". Más información en nuestra política de cookies.

Configurar cookies

Configurar cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte nuestros servicios, mostrar vídeos y obtener estadísticas.

Cookies técnicas
Son aquellas que permiten la navegación a través de la página web y la utilización de las opciones y servicios que se ofrecen. Permiten mantener tu sesión. Utilizamos cookies técnicas propias y de terceros. Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar. Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar.
Cookies de análisis
Son aquellas que permiten el seguimiento y análisis del comportamiento de los visitantes del sitio web. La información recogida mediante este tipo de cookies se utiliza para la medición de la actividad del sitio web, así como la elaboración de estadísticas y perfiles con el fin de mejorar el sitio web. Utilizamos cookies de análisis de terceros.
Cookies de publicidad comportamental
Estas cookies almacenan información del comportamiento de los usuarios obtenida a partir de sus hábitos de navegación, lo que permite desarrollar un perfil específico para mostrar publicidad en función del mismo. Utilizamos cookies de publicidad comportamental propias y de terceros.

Más información en nuestra política de cookies.

Toná

La toná se considera uno de los palos que fueron matriz del flamenco. El origen de la toná se puede encontrar en los romances castellanos, que los gitanos bajo-andaluces adaptaron como propios, y se denominaron corríos.

 

La palabra “toná” deriva de “tonada”, como “acento musical”. Se desarrolló en el siglo XVIII hasta que se convirtió en cante gitano. Hay autores, que indican que a comienzos del siglo XIX existían hasta treinta y tres tipos diferentes de toná, que se atribuyen a los gitanos de Sevilla o de Jerez. Muchas de ellas no han llegado a nuestros días ni se han podido identificar.

 

Todas las tonás que a día de hoy se conocen, son las que siguen una misma línea melódica. Se diferenciaban sólo por las letras. Los textos históricos recogen diferentes tonás de estilo personal: las de Tío Luis "el de la Juliana", las de Alonso Pantoja, las de Blas Barea, y las de otros doce cantaores. Hoy sólo se utilizan la toná grande, la chica y la del Cristo. Esta última ha logrado sobrevivir gracias a Antonio Chacón, en un tercio de su saeta, y la recuperó Perico "el del Lunar". Se trata en todo caso de un palo poco desarrollado por los artistas modernos.

 

La saeta, el martinete, la debla y los cantes sin acompañamiento en general, provienen directamente de la toná. También es posible que sea el origen de las seguiriyas y las livianas, ya que existió la toná-liviana, que tuvo incluso cuatro variantes.

 

AlhambraDeGranada.orgInSpain.org
Ir al inicio de la página