Polo
El polo, es un estilo flamenco, que se configuró a raíz de un antiguo género de música española del siglo XVIII. Aparentemente es un palo de los más arcaicos. Se señala su posible antecedente al polo de salón, utilizado en espectáculos líricos como “el polo del contrabandista”. Su origen concretamente, se puede encontrar en alguna canción bailable del siglo XVIII. En la música popular de Venezuela, existe el polo bailable desde el siglo XIX.
En el polo flamenco, se diferencia entre el polo tóbalo para voces graves, y el polo natural para las voces agudas. En líneas generales, el polo flamenco se atribuye al cantaor "Tóbalo de Ronda". El polo Tóbalo, llegó a nuestros días por Pepe "de la Matrona".
Existieron variantes. La soleá apolá, que Fernando Quiñones considera como creador a "Paquirri el Guante". Éste definió el género como cante mixto de soleares, y era el polo con el que se remataban cañas, antiguas malagueñas, etc. Algunos estudiosos, niegan que exista el polo, considerándolo una variante de la caña de Curro Durse. Antonio Chacón imprime una definitiva cuadratura melódica del polo.
Existió también la “policaña”, acercándose a un género mixto, que influyó en versiones que hoy diferencian al polo de la caña. También se habla del medio polo, por García Matos, teniendo los versos melódicos o tercios más breves. El primer tercio del polo se desarrolla en el registro agudo del cantaor, que va descendiendo hasta alcanzar los característicos cinco o seis melismas (“ayes”). El polo se canta sobre el compás de solea, y su interpretación se hace sobre una estrofa de cuatro versos octosílabos, rimando el segundo y el cuarto. Demófilo recogió 37 estrofas, que se cantaban diferente para la caña o el polo. El baile, surge en el siglo XVIII; siendo uno de los más populares junto con el tango, la caña, el zorongo gitano y la rondeña. Según Puig Claramunt, el baile del polo es solista femenino, donde predominan el zapateado.